Tambaleos de un amanecer que se confunde entre los tragos baratos en copa de plástico de anoche y con suerte, con la comida fría de lata.
En el arrastrar de las horas, el hueso y el gris de los días que ve como le pasan por encima o por el lado, como si nada, como le pasan también los zapatos caminantes, ésos, tantos, que él ni tiene, descalzo.
La vida hoy, le quita las ganas, de otros vicios que le hicieron perder los dientes, cuando se encontró perdido. Morder de nuevo se le hace imposible y traga lo que ni siquiera puede masticar siquiera digerir, luego.
Y en una esquina como otra cualquiera el olor a orín le abofetea la cara pero no la levanta del suelo por vergüenza, por la misma de la que carecen los que pisamos por su mundo indiferentes.
@BateTusAlas